El onírico festival de Woodstock


En cientos de revistas, libros y programas de televisión se ha hablado mucho acerca del movimiento Hippie. Pero, qué se esconde detrás de esta inclinación pacifista que se catapultó como uno de los sucesos más importantes del planeta y que hoy en día, no sólo intransigentes adolescentes con espíritu retro, sino también sociólogos, psicólogos, literatos, periodistas y hasta grandes pensadores, toman el tema enserio?

Cabe la interrogante luego de encontrar vastos artículos que rememoran el onírico festival de Woodstock, que tuvo lugar en la granja de Bethel, Nueva York, los días 15, 16 y 17 de agosto de 1969. Para ello es preciso dejar al lector una interesante perspectiva de los precedentes que originaron esta corriente llena de flores, pantalones acampanados e hipnótica música:

La prensa mundial lo clasificó como uno de los diez acontecimientos sobresalientes del año 1967. Sin embargo, el fenómeno hippie puede parecer complejo, anacrónico, un poco demente e incluso incomprensible para un espíritu joven o viejo. Y ello es, sin duda, porque esta aventura es la resultante de tres movimientos convergentes, casi específicamente angloamericanos, y, a veces, de orígenes remotos.

La formación místico-química de una tercera fuerza religiosa nacida en los Estados Unidos desde la Segunda Guerra Mundial. Una vieja concepción humana: Dios, y una ciencia relativamente nueva: la psicofarmacología (es decir, la utilización de drogas en psiquiatría) van a reunirse con un ardor desesperado.

De este acoplamiento, aparentemente monstruoso, surgirá la nueva religión del L.S.D. 25. y, de ahí que diversas y numerosas discusiones enfrentarán a psicólogos y teólogos; a empiristas y racionalistas.

Como reacción contra la alineación inherente a la sociedad moderna, una renuncia social y política sin violencia, caracterizada por una voluntad de retorno hacia la naturaleza, el amor al prójimo y la pasión por las flores.

Esta huida pacifica parece resultar de un profundo desprecio por todo lo que se relaciona con el materialismo puritano e implacable del “American way of life”. Por otra parte, asqueado por el absurdo agresivo de los pueblos occidentales, el hippie se vuelve hacia la sabiduría oriental o en pos de la forma de vida “replegada” de los indios de América.

Por fin, una pequeña revolución artística de carácter popular que marcará esencialmente a la música, la literatura y a la pintura. Cabe destacar que tal revolución ya se había comenzado en los Estados Unidos con la “Beat Generation”, (los escritores y poetas beatniks) hacia 1959.


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